La salida de Dilma Rousseff de la presidencia brasileña en el marco del impeachment que se le adelantó en el Congreso de su país fue celebrado por algunos opinadores en Colombia. Ellos no tardaron en verlo como una muestra más de la inminente caída de la izquierda en la región. Algunos clamaron en éxtasis que este episodio era evidencia contundente del "fracaso de la izquierda". Con sus discursos amañados insisten en señalar a la izquierda como única responsable de los problemas que plagan a Latinoamérica y, de paso, niegan que la llegada de los gobiernos de Correa, Kirchner, Lula, Chávez y Evo fueron consecuencia de los olvidos, descuidos y manejos mañosos de gobiernos de derecha. Si bien es cierto que la izquierda en Argentina, Venezuela y Brasil se ha visto salpicada por casos gravísimos de corrupción, algunos analistas olvidan que ese es un mal endémico en toda la región. Según consta en una investigación de la Fiscalía, Cunha, primer y único político imputado en el