Los pensamientos de un cualquiera-16032008
Alex Esteban Martínez H.*
Los colombianos estaremos condenados al conflicto eterno siempre que creamos en las armas.
Alex Esteban Martínez H.*
Los colombianos estaremos condenados al conflicto eterno siempre que creamos en las armas.
Pareciera que las razones del conflicto eterno colombiano se escapan a la comprensión del ciudadano de a pié. Y es que la perversión del conflicto está adentrándose en la psiquis de quien ve válido cualquier medio para ponerle fin a la guerra. Ya no importa el Estado, ni mucho menos cuán legítimo sea. Ya no importan los derechos humanos ni quien los viole; sólo importa el fin, acabar con la guerrilla sin compasión alguna, cueste lo que cueste.
Tanto se ha adentrado la violencia como método que no es extraño ver sacerdotes/columnistas vitoreando la forma como fue dado de baja 'Raúl Reyes', mientras se le escucha el discurso moralista en Semana Santa de que tenemos que orar por el fin de la guerra en nuestro país (!). Tal asentimiento con la violencia demuestra nuestro primitivismo.
Ese discurso sanguinario, según el cual la guerra sólo llegará a su fin por medio de más violencia no tiene sentido; recordemos que con las guerrillas que se ha logrado la paz se ha negociado. El caso peruano con Sendero Luminoso dista de repetirse Colombia puesto que la dispersión de las fuerzas 'farianas' impide que se logre exterminarlas como más de uno quisiera, y en caso tal de que se les aniquilara por medio de la fuerza, viviríamos otra calma chicha, lo cual conduciría inexorablemente a otro conflicto. Además, creer que únicamente por medio de las armas se logra pacificar un territorio implica razonar contranatura. Si las Farc creen que se llega al poder mediante el uso de la violencia y la intimidación, no tiene sentido demostrar que su acceso es imposible solamente bajo el uso arbitrario de la fuerza.
Estamos inmersos en un conflicto de proporción insospechada y las bajas de las Farc, si bien no son muchas como para tirarnos el viaje onanístico de que 'es el fin del fin', permiten cercar y presionar a esa fuerza ilegal y ponerla a negociar. Basta con esperar si ese enorme favoritismo, le permite a Uribe marchar al ritmo que la sociedad, deseosa de la paz, le está exigiendo.
Tanto se ha adentrado la violencia como método que no es extraño ver sacerdotes/columnistas vitoreando la forma como fue dado de baja 'Raúl Reyes', mientras se le escucha el discurso moralista en Semana Santa de que tenemos que orar por el fin de la guerra en nuestro país (!). Tal asentimiento con la violencia demuestra nuestro primitivismo.
Ese discurso sanguinario, según el cual la guerra sólo llegará a su fin por medio de más violencia no tiene sentido; recordemos que con las guerrillas que se ha logrado la paz se ha negociado. El caso peruano con Sendero Luminoso dista de repetirse Colombia puesto que la dispersión de las fuerzas 'farianas' impide que se logre exterminarlas como más de uno quisiera, y en caso tal de que se les aniquilara por medio de la fuerza, viviríamos otra calma chicha, lo cual conduciría inexorablemente a otro conflicto. Además, creer que únicamente por medio de las armas se logra pacificar un territorio implica razonar contranatura. Si las Farc creen que se llega al poder mediante el uso de la violencia y la intimidación, no tiene sentido demostrar que su acceso es imposible solamente bajo el uso arbitrario de la fuerza.
Estamos inmersos en un conflicto de proporción insospechada y las bajas de las Farc, si bien no son muchas como para tirarnos el viaje onanístico de que 'es el fin del fin', permiten cercar y presionar a esa fuerza ilegal y ponerla a negociar. Basta con esperar si ese enorme favoritismo, le permite a Uribe marchar al ritmo que la sociedad, deseosa de la paz, le está exigiendo.
*Autor del blog. Estudiante de Periodismo
Comentarios
bájale a las comas, une conceptos para que no pongas tantas comas, haz q el texto sea más fluído evitando comas no necesarias. haz el intento con este post a ver...
un blog bien serio... política... hum. adelante con él.