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Los oídos del Estado

Los Pensamientos de un Cualquiera-26102008
Alex Esteban Martínez H.*

Después del pequeño escándalo desatado por las denuncias del senador del Polo Democrático -o 'terrorista vestido de civil', como lo llaman algunos-, Gustavo Petro, según las cuales estaba siendo perseguido, investigado, molestado e incomodado por agentes del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), lo mínimo que debió pasar afortunadamente fue. La hasta entonces directora del DAS, María del Pilar Hurtado, resignando las posibilidades de seguir en el cargo con el apoyo mesiánico de la Casa de Nari y de recibir, en su defecto, un premio de consulación renunció, no sin antes despedirse con los honores que le exige la presencia en un órgano gubernamental uribista: lavándose las manos con un subalterno y negando cualquier responsabilidad en el caso.

Pero, pensándolo bien, este no es el primer caso. En un ejercicio de memoria antigeriátrico -neuroaerobics, que llaman-, y con el ánimo de tonificar un poco mis recuerdos, traigo a colación algunos roces de poca monta entre Palacio y uno que otro mamerto de izquierda.

El primero, fue coincidencialmente en el mismo organismo. En él, Jorge Noguera, un niño de buena familia, fue investigado por la Procuraduría por permitir la infiltración de agentes de inteligencia paramilitar en el DAS, además de borrar -según el jefe de informática que tuvo mientras ejerció- importantes datos de los jefes de dicha contrainteligencia. Pero el Mesías, el Único, el Irrepetible (suena a mentiras, ¿cierto?) accedió a darle el visto bueno diciendo que se atrevería a meter las manos por él en el fuego, aunque creo que no era para quemarlo, así que se abstuvo de pedirle cortésmente la renuncia para más adelante autorizar al Canciller de la época, a sabiendas de estos señalamientos lo envió a Milán con todos los gastos pagos por el erario público a ejercer como cónsul (trabajo allá, ¡já!) en la ciudad.

Otro de los escandalillos de poca monta fue uno en el cual se demostró que algunas celebridades de nuestra farándula local estaban siendo espiadas por agentes de la fuerza pública. Entre los irregularmente investigados se encontraba la adorada Claudia Gurisatti, a quien se le cogió mostrándole su cariño investigativo a Carlos Gaviria, presidente del Polo Democrático Alternativo. Sobra decir, en medio de mis exigentes flexiones neuroaeróbica, que por este caso no se conocen los responsables directos y que, el único señalado, fué premiado pasándolo de director de la Sijín, el organismo de pseudo-inteligencia de la Policía, a Comandante General de dicha fuerza.

Otra de las joyitas de inteligencia nacional, está en el caso de los prohombres de Santa Fé de Ralito, quienes estando recluídos en la Sala de Internet de Alta Seguridad -qué digo, Prisión de Alguna Seguridad- de Itagüí, fueron sorprendidos con $11 millones de pesos en su poder, además de un arma de fuego. Eso sin olvidar (¡cómo duele no poder tonificar la memoria de un país amnésico!) que se interceptaron llamadas desde dentro del penal con el exterior en donde se daban instrucciones para manejar los 'negocios' de su propiedad. Afortunadamente, Palacio ordenó su inmediata extradición y aislamiento... casi dos años después.

Una última flexión, que ya ha exigido bastante de mi memoria y mi paciencia se halla en la carnita y los huesitos del Altísimo, nuestro Zar Uribe II, quien fue captado en una plática con un mortal, un tal alias 'La Mechuda', aseguró con la clase, la gallardía y el estilo -de arriero- que se le conoce, que le iba a "¡dar en la cara, marica!".

Así, prefiero entonces renunciar a esos ejercicios: ya estoy muy viejo para eso. Eso sí, tengo los suficientes años como para dudar de la inteligencia que irresponsablemente se le ha endilgado al DAS, ya que no ha podido -querido, tal vez- dar con los responsables de tantas infiltraciones, chuzadas y espionajes que se han dado.

*Autor del blog. Estudiante de Periodismo.

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