Ir al contenido principal

Mi banda sonora I: Rock

 

 

 

No es la gran cosa que un desconocido le de por publicar qué demonios escucha cuando le da por oír música. Además, los conteos carecen de cualquier sentido de orden, coherencia y proporción. Abusando entonces de esas características, aquí propongo mi Top 20 de canciones.

La música debe hacer saltar fuego en el corazón del hombre,
y lágrimas en los ojos de la mujer” Ludwig van Beethoven
.

 

Una tristeza o bien unas ganas de irse de fiesta. La música –en este caso, en este post, el rock- está presente en mi vida de todas las maneras posibles: los dedos fungen de batería y azotan la madera; la cabeza se menea y se escuchan los sentimientos que toman ritmo en una canción. Sí, los sentimientos.

No digo nada nuevo cuando admito que la música nos mueve el alma de formas que en muchos casos otras artes anhelan. No es nuevo saber algo que de por sí sentimos: cuando estamos tristes, una tonada lenta y una voz adolorida nos puede destrozar. Cuando el ánimo está alto, la intensidad y celeridad de los agudos nos lleva al clímax de la batalla.

Aquí están mis preferidas. No son todas: un maniático musical como yo, que acepta que su corazón no es de una sola canción, no puede incluir un universo musical en un simple post. Hoy es el rock el que agita mis sentimientos, y por tratarse del género que más disfruto, es el que viene a continuación. Pero bueno, ¡menos cháchara y más rock!

Es imprescindible esta canción a la hora de estar de buen ánimo.
A los puristas no les gusta esta época de Metallica. Allá ellos.
Creo que no podría faltar esta.
Esta canción es realmente desconocida, pero tiene todo el poder, toda la energía.
Alguien se atrevió a decir que Deftones eran los incios de la era ‘emo’. No quise extender la discusión, pero esta canción me mueve todo desde dentro. Permítanme la interjección “¡uaaaaaf!”.
Si tiene paciencia y aún no conoce esta monstrusidad de canción, escuche. Ah, e intente seguirle el ritmo.
The Better Life, el primer álbum de la banda 3 Doors Down trajo un par de himnos personales, canciones aprendidas con la premura de un inglés enrevesado pero con las ganas dementes de cantarlas.
Para mí, es impresentable un conteo sin esta canción. Ya sé que Judith es más conocida y hasta estuve tentado a ponerla, pero opté por una que muestre el otro lado de A Perfect Circle.
  
Cuando yo era un crío esta canción me erizaba, a lo Amparo Grisales.
  
‘Always’: siempre. Una mentira muy bonita cuando se habla de amor. La canción también es bonita.
  
Chevelle es una de esas bandas de bajo perfil que seguí como poseso por sus letras. Aquí uno de sus más recientes lanzamientos.
De las pocas canciones de Darkest Hour que me gusta. Tenga cuidado que el video puede ser fuerte para algunas personas y hay imágenes que podrían incomodarle como me incomodaron a mi.
Faltan más, pero entendiendo que una lista de canciones dispuestas al azar del gusto de alguien más es de lo menos atractivo en términos de lectura, paro acá. Y hágale caso a DM, disfrute el silencio.

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA MATA QUE NO MATA

A más de 15 años desde la muerte del capo de capos, Pablo Escobar en el tejado de una casa en el occidente de Medellín, Colombia muestra no haber aprendido las lecciones de una guerra perdida: la guerra contra el narcotráfico. Muestra de ello es que desde hace ya unos meses se viene escuchando en la radio una cuña en la que una dizque niña con dice con vocecita risible “no cultives la mata que mata”(?). Me molesta porque semejante tanto la niña como cuñita son falaces, idiotas, irresponsables e indolentes. Falaz porque ningún árbol, arbusto, fronda, ramaje, matojo, pasto, mata, maleza, o como quiera que le llame, mata. Realmente matan (y torturan, y despedazan) quienes quieren defender sus plantíos de esa mata, laboratorios en donde se la procesa y negocios por medio de los cuales se vende, tal y como lo hiciera Escobar en su tiempo y la guerrilla y paramilitares hacen actualmente. Basta con recordar las decenas de carros bomba que el Cartel de Medellín hizo explotar en la capital pa...

¿Uribe por tres o a la X?

En la última semana las toldas presidenciales han estado más agitadas que de costumbre. El choque de trenes entre la Casa de Nariño y la Sala Penal de la Corte Suprema de Justica ha sido uno de los motivos para que el circo uribista esté en plena función. La otra parte de la parafernalia montada en los últios días es, nada más, que para asegurar una segunda reelección de Álvaro Uribe para la Presidencia de la República. La mención de ésta última ha levantado ampolla en todos los colombianos que se puedan considerar demócratas, seguidores de las libertades que da la democracia en un utópico estado puro. La propuesta llega justo cuando el temblor político generado por la parapolítica se acerca al 'trono omnipotente' del Presidente. O sea, mientras se empieza a analizar los nexos -sólo los menciono, no los aseguro- entre Uribe y los supestamente desmovilizados grupos de autodefensa, cae del cielo, como si fuera perfectamente planeada, una propuesta para alargar el mandato de Uribe...

Persistir en la guerra

A quienes apoyamos la idea de terminar el conflicto armado por medio del diálogo y no a través de la sangre y las armas, no tienen que convencernos de que las Farc es una organización criminal. No es necesario que nos recuerden Bojayá, Mitú, El Nogal, Las Delicias y muchos hechos delictivos más para darnos cuenta de que no son las carmelitas descalzas. Partamos de allí entonces. Nadie medianamente sensato en el país sería capaz de olvidar la barbarie de la guerra, barbarie de la que las Farc es sólo una de los responsables. Quizá somos más conscientes del daño que implicó para nuestra sociedad más de 50 años de guerra y por ello nos oponemos al conflicto. No es necesario que nos recuerden las cuentas de la guerra: los más de 3.700 pueblos destrozados por las tomas guerrilleras; los 1 millón 100 mil niños víctimas; los cerca de 17 mil desaparecidos; los centenares de hombres y mujeres de la Fuerza Pública que han perdido la vida en las selvas del país; los cientos de campesi...