Los blogs son una especie riesgo de extinción. Yo que tengo ínfulas de dinosaurio, vuelvo por estos lares a quemar otro cartucho de pretendida novedad.
La escritura ad honorem se hace con la esperanza ególatra de la posteridad. La muerte pesa con tal fuerza sobre nosotros que creemos que los pensamientos, tal vez por estar escritos, por reposar en algún lugar, merecen robarle un momento de la atención de los demás.
Entonces nos montamos en esta mentirita de la escritura para expresarnos; una forma civilizada de llamar la atención, de decir ‘mírenme’, de demostrarse que se es más.
Yo vengo acá a robar y a mentir. A robar tiempo y a mentirles diciéndoles que lo mío sí merece su atención porque yo sí tengo una verdad que merece ser considerada, que esta vez sí me entenderán. En últimas: que me regalarán un espacio en su memoria para no ser invisibilizado por el tiempo.
Ya se ha intentado el robo y la mentira con Twitter (al que me pueden seguir @AlexEMartinez), que por rápido es fugaz; con Pinterest que por colorido puede ser intrascendente; con Tumblr que puede ser muy novedoso pero que no cuaja en tierras hispanoparlantes.
Por eso vuelvo por acá, porque el asalto no se ha podido perpetrar en la brevedad del uno, el colorido del otro y el desuso de aquél, tal vez si pueda hablar largo y expresar las opiniones –los pensamientos, como dice el título del blog- de un ser más sobre esta tierra.
A usted que ha leído esta carta de intensiones, muchas gracias así no vuelva por acá. Si retorna, como espero hacerlo con juicio a este blog, se lo agradeceré mucho más.
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